Bebida muy apreciada por todos los pueblos de la antigüedad, los arqueólogos le asignan una edad mínima de 6000 años. Conocida en Egipto con el nombre de Buza, fue considerada al mismo tiempo bebida de los dioses y bebida nacional, por cuanto el pan y la cerveza, a los que denominaban “Los dos nuevos ojos”, estuvieron siempre presentes no solo en la alimentación cotidiana de las gentes, sino también en las ceremonias tanto religiosas como funerarias.
Para algunos autores, la cerveza fue uno de los variados presentes con que la diosa Isis quiso ayudar a la humanidad. Para otros por contra, habría sido inventada por el dios Osiris. En cualquiera de los casos, se sabe que existían básicamente dos tipos: la roja y la clara, colores que dependían del cereal utilizado. De ellos, una era más floja y dulce llamada Henqet, y otra de sabor y textura más fuerte denominada Sejepet y Jenea. Con unas características que la diferenciaban bastante de las actuales, (pues no en vano acostumbraba a ser mas espesa, nutritiva y dulzona, sin espuma, y con un buen número de impurezas que obligaban a beberla con una paja a la que se había dotado de un filtro especial), era consumida tanto por niños como por adultos, hecho que lleva a pensar consecuentemente que su grado de alcohol no era excesivo, aunque sobre este particular, el geógrafo griego Diodoro de Sicilia asegura que en la Época Tardía se podía beber en Peluso un tipo de cerveza tan fuerte, embriagadora y excitante, que “ni en el olor ni en la dulzura de su sabor es muy inferior al vino”.
Sobre la cerveza existen diversos textos. Así, en la tumba de un faraón se prometía al difunto “una cerveza que no se agriaría”, (señal indicativa que la de los vivos se debía agriar en mas de una ocasión). También aparece en el Libro de los Muertos, ya que en el capítulo LII se la menciona de la siguiente forma: “Pueda alimentarme de panes de trigo blanco y beber cerveza de cebada roja”. Y de igual modo, es protagonista principal en una famosa leyenda en la que el dios Ra, enfadado con los seres humanos por haberse revelado contra él, decide castigarlos, para lo cual envía a la diosa leona Sejmet con la orden de que extermine a algunos de ellos. Sin embargo, la leona, embriagada con la sangre de sus víctimas, pierde el control, masacrando a cuantos encuentra a su paso. Ra viendo entonces que si no la detiene a tiempo podría acabar con la humanidad, manda elaborar una gran cantidad de cerveza que tras teñir con ocre rojo, derrama por el lugar donde se encuentra la diosa. Esta, al ver el preciado líquido, lo bebe, emborrachándose sin remedio, y calmando en consecuencia su furor.
El proceso para la fabricación de la cerveza, (el cual era llevado a cabo fundamentalmente por las mujeres), sin ser excesivamente complicado, era sin lugar a dudas bastante trabajoso, necesitándose cumplimentar varios pasos: inicialmente se tomaba pan del día anterior, ya fuera de trigo, cebada o mijo, se desmenuzaba, y tras introducir los fragmentos en una tinaja de gran tamaño, se les añadía agua hasta cubrirlos por completo. Esta mezcla inicial se la dejaba reposar durante tres días. Mas tarde (y en un recipiente aparte), se echaba una pequeña cantidad de grano, cubriéndolo con agua caliente. Transcurridas veinticuatro horas, se escurría el agua con un colador, y se exponían los granos al calor del sol, para que se secaran durante otro día más. (Merced a ello se producía una especie de exudación blanca lechosa como consecuencia de la incipiente germinación).
Consumida habitualmente por el pueblo llano en las tabernas y establecimientos de fama dudosa, se llegó al caso en que el nombre “Casa de cerveza”, era sinónimo de “Casa de mala reputación”.
Para algunos autores, la cerveza fue uno de los variados presentes con que la diosa Isis quiso ayudar a la humanidad. Para otros por contra, habría sido inventada por el dios Osiris. En cualquiera de los casos, se sabe que existían básicamente dos tipos: la roja y la clara, colores que dependían del cereal utilizado. De ellos, una era más floja y dulce llamada Henqet, y otra de sabor y textura más fuerte denominada Sejepet y Jenea. Con unas características que la diferenciaban bastante de las actuales, (pues no en vano acostumbraba a ser mas espesa, nutritiva y dulzona, sin espuma, y con un buen número de impurezas que obligaban a beberla con una paja a la que se había dotado de un filtro especial), era consumida tanto por niños como por adultos, hecho que lleva a pensar consecuentemente que su grado de alcohol no era excesivo, aunque sobre este particular, el geógrafo griego Diodoro de Sicilia asegura que en la Época Tardía se podía beber en Peluso un tipo de cerveza tan fuerte, embriagadora y excitante, que “ni en el olor ni en la dulzura de su sabor es muy inferior al vino”.
Sobre la cerveza existen diversos textos. Así, en la tumba de un faraón se prometía al difunto “una cerveza que no se agriaría”, (señal indicativa que la de los vivos se debía agriar en mas de una ocasión). También aparece en el Libro de los Muertos, ya que en el capítulo LII se la menciona de la siguiente forma: “Pueda alimentarme de panes de trigo blanco y beber cerveza de cebada roja”. Y de igual modo, es protagonista principal en una famosa leyenda en la que el dios Ra, enfadado con los seres humanos por haberse revelado contra él, decide castigarlos, para lo cual envía a la diosa leona Sejmet con la orden de que extermine a algunos de ellos. Sin embargo, la leona, embriagada con la sangre de sus víctimas, pierde el control, masacrando a cuantos encuentra a su paso. Ra viendo entonces que si no la detiene a tiempo podría acabar con la humanidad, manda elaborar una gran cantidad de cerveza que tras teñir con ocre rojo, derrama por el lugar donde se encuentra la diosa. Esta, al ver el preciado líquido, lo bebe, emborrachándose sin remedio, y calmando en consecuencia su furor.
El proceso para la fabricación de la cerveza, (el cual era llevado a cabo fundamentalmente por las mujeres), sin ser excesivamente complicado, era sin lugar a dudas bastante trabajoso, necesitándose cumplimentar varios pasos: inicialmente se tomaba pan del día anterior, ya fuera de trigo, cebada o mijo, se desmenuzaba, y tras introducir los fragmentos en una tinaja de gran tamaño, se les añadía agua hasta cubrirlos por completo. Esta mezcla inicial se la dejaba reposar durante tres días. Mas tarde (y en un recipiente aparte), se echaba una pequeña cantidad de grano, cubriéndolo con agua caliente. Transcurridas veinticuatro horas, se escurría el agua con un colador, y se exponían los granos al calor del sol, para que se secaran durante otro día más. (Merced a ello se producía una especie de exudación blanca lechosa como consecuencia de la incipiente germinación).
A continuación, se machacaban los granos hasta formar con ellos una pasta uniforme, pasta que tras ser unida a la mezcla primera, se dejaba macerar durante otras diez horas.
Por último, se filtraba el líquido resultante, almacenándose en otra vasija donde quedaba preparado para ser consumido. El resultado final era una especie de licor alcohólico de color turbio. En cuanto a los restos sólidos sobrantes de estos procesos, generalmente eran desechados, aunque había veces que la gente más pobre los aprovechaban comiéndolos sazonados con pimienta roja, o dándoselos como alimento a los caballos.
Ocasionalmente, a los componentes ya señalizados se les añadían otros variados elementos, tales como diversas especias, licor de dátiles, o mandrágora.
Por último, se filtraba el líquido resultante, almacenándose en otra vasija donde quedaba preparado para ser consumido. El resultado final era una especie de licor alcohólico de color turbio. En cuanto a los restos sólidos sobrantes de estos procesos, generalmente eran desechados, aunque había veces que la gente más pobre los aprovechaban comiéndolos sazonados con pimienta roja, o dándoselos como alimento a los caballos.
Ocasionalmente, a los componentes ya señalizados se les añadían otros variados elementos, tales como diversas especias, licor de dátiles, o mandrágora.
La presencia de la cerveza fue tan habitual en el antiguo Egipto, que no solo podía encontrársela tanto en la vida corriente como en el Más Allá, sino incluso también en el mundo de los sueños, un mundo al que daban una extraordinaria importancia. Así por ejemplo, soñar que se tomaba cerveza caliente, se interpretaba curiosamente de forma funesta como una posible pérdida de bienes. No obstante, cuando éste u otro tipo de sueño de connotaciones igualmente negativas visitaba a cualquier persona durante las horas nocturnas, siempre existía la posibilidad de intentar soslayar los malos augurios humedeciendo pan y un poco de hierba con esta misma bebida, añadiéndole por último a la mezcla incienso. Con el resultado de todo ello, debían finalmente embadurnarse la cara...
Consumida habitualmente por el pueblo llano en las tabernas y establecimientos de fama dudosa, se llegó al caso en que el nombre “Casa de cerveza”, era sinónimo de “Casa de mala reputación”.