"LOS HOMBRES CIEGOS Y EL ELEFANTE"
(Adaptación de John G. Saxe)
Había una vez seis hombres del Indostán lejano muy inclinados a estudiar, quienes fueron a observar al elefante, (y eso que todos eran ciegos), para así su inquietud satisfacer. Al acercarse el primero al elefante tropezó y se dio contra su costado, ancho y duro. Pronto empezó a gritar: "Dios me salve, el elefante es como un muro!" El segundo, palpando el colmillo, exclamo: "Ah! ¿qué tenemos aquí, tan redondo, puntiagudo y liso? Para mí, este animal maravilloso, no se distingue de la punta de una lanza!".
El tercero se aproximó a la fiera y casualmente agarró la trompa serpenteante. Sin mucho pensarlo declaró: "Ya veo que el elefante es como una culebra".
El cuarto alargó su ansiosa mano y tocó la rodilla. "Está claro", dijo a lo más esta extraña bestia se asemeja; el tallo de un árbol parece el elefante".
El quinto, quien por suerte manoseo una oreja, afirmó: "Hasta el más ciego puede encontrar el parecido. ¿Cómo negar que el prodigioso elefante tiene forma de abanico?"
Y así estos hombres del Indostán lejano, acaloradamente, largo y tendido discutieron. Cada uno aferrado a su opinión excediéndose en apasionada obstinación. ¡Cada quien a medias en lo cierto pero todos a la vez en el error!.
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